Matias Hellman se interesó por el serbo-croata al viajar en la región con Interrail en 1990. Sus conocimientos de la lengua, avadalos por el grado de master, le llevaron primero a trabajar en los Balcanes al servicio del Tribunal de Delitos de Guerra, y después al Tribunal Penal Internacional de La Haya, donde trabaja como asesor del presidente.