Para Ilkka Herlin el humanismo es participación. Cree que el humanista no debe quedarse de lado y limitarse a contemplar, sino que tiene que ponerse en acción y participar. Él mismo ha puesto en práctica su visión como historiador y en el mundo empresarial. Herlin está convencido de que donde mejor puede contribuir a la sociedad con su trabajo es a través de las actividades de protección del mar Báltico y la agricultura experimental.