Georg Henrik von Wright e envió a los 23 años a su amigo Ludwig Wittgenstein una carta en la que decía que había encontrado el camino que podría seguir para entrar en el reino de los pensamientos. Sin embargo, temía que no encontrase la puerta correcta. La búsqueda tuvo como consecuencia una trayectoria profesional única. Llegó a ser uno de los representantes más importantes de la corriente filosófica lógico-analítica y uno de los principales humanistas y pensadores contemporáneos de los Países Nórdicos.